Son muchas las mujeres que sufren cada día por las molestas varices en las piernas, patologías que, además de antiestéticas, también son muy peligrosas. Nunca debemos pasar por alto el estado de nuestras varices. Ya sean grandes o pequeñas, es necesario que las tengamos controladas y que los médicos nos hagan seguimientos periódicos con tal de evitar posibles trombosis venosas...
Como ya sabes, las varices se forman a causa de una mala circulación sanguínea, pero puede ocurrir que, en ocasiones, la sangre llegue a condensarse hasta derivar en un peligroso coágulo que obstaculiza por completo la correcta circulación. ¿Cómo podemos prevenir estas patologías? ¿Qué síntomas suele tener una trombosis venosa?
Hoy en nuestro espacio queremos hablarte de ello, por tu propia salud y tu tranquilidad.
¿Qué es una trombosis venosa?
El simple término ya nos asusta: Trombosis venosa profunda o TVP. El origen de este problema es siempre un coágulo de sangre que se origina en una vena de nuestro cuerpo. Esta suele ser profunda y casi siempre se localiza ahí donde la circulación es peor, es decir, en las pantorrillas o en los muslos.
El mayor riesgo está en que este trombo puede desprenderse de esta parte de la pierna e ir por el torrente sanguíneo de nuestro cuerpo hasta llegar, por ejemplo, a una arteria pulmonar, bloquear nuestra circulación y ocasionar lo que se conoce como una embolia pulmonar. Es un riesgo muy serio que merece tenerse en cuenta.
Bien es cierto que este problema suele afectar a personas con una edad comprendida entre los 50 y los 60 años, pero las mujeres más jóvenes tampoco deben pasarlo por alto, puesto que todo va a depender del estado de nuestras varices.
Según nos explican los médicos, los coágulos o trombos siempre tendrán más probabilidades de desprenderse si se localizan en la parte más alta de nuestras piernas, es decir, en los muslos. De ahí que sean muy importantes las revisiones periódicas y, si los especialistas consideran que es importante una intervención, la hagamos por nuestra propia seguridad.
Síntomas de una trombosis venosa en las piernas
¿Qué síntomas nos pueden poner en alerta de que estamos sufriendo una trombosis venosa? Bien, en primer lugar hemos de saber que podemos sufrir dos tipos de trombosis, una más superficial y otra más severa que ocasionaría sin duda un riesgo más elevado. Ten en cuenta los síntomas asociados a cada problema:
1. Trombosis venosa superficial: Según nos explican los médicos, en este caso nos daríamos cuenta de inmediato. Lo que veríamos es que alguna zona de nuestras varices ha aumentado de tamaño hasta convertirse en una especie de cordón bastante duro al tacto y de color azulado. Se ve a simple vista y, además, resulta muy doloroso. Sentimos esa zona muy caliente y con una presión casi insoportable al final del día. Debemos ir con cuidado con este tipo de trombosis superficial porque, además de ser el primer paso en ocasiones hacia una posterior trombosis profunda, es frecuente que suframos infecciones, o lo que se conoce como “flebitis”.
2. Trombosis venosa profunda: Lamentablemente, hemos de decir que, en la mayoría de los casos, en el momento en que la trombosis superficial deriva en una profunda, no nos damos cuenta. Ahora bien, hemos de estar alerta con las siguientes sensaciones:
- Una presión muy elevada en esa parte donde tenemos esas varices más evidentes e inflamadas con forma de “cordón azulado”.
- Un calor casi insoportable en esa parte.
- Un hormigueo que asciende por la pierna hasta la ingle.
- La pierna se queda muy dura, la tocamos con la mano y la percibimos muy rígida.
- Mucho cuidado cuando la piel de la pierna se vuelve azulada, o incluso se queda sin color, muy pálida. Esto último sería resultado de que la sangre arterial llega ya con mucha dificultad.
¿Podemos prevenir una trombosis venosa?
Bien, en primer lugar hemos de decir que el problema de las varices tiene casi siempre un origen genético. El factor hereditario más unos hábitos de vida incorrectos, donde al sedentarismo se le suma a veces una alimentación inadecuada o el sobrepeso, harán sin duda que, al final, padezcamos de varices.
Cuando veas que en tus piernas empiezan a aparecer varices, será el momento en que debamos empezar a poner todos nuestros esfuerzos para que no derive en una trombosis venosa superficial:
- Haz ejercicio todos los días, el salir a andar media hora, por ejemplo, ayuda mucho. La natación o el pasear en bici son dos opciones también muy adecuadas.
- Date duchas frías en las piernas.
- Evita la sal en tu dieta, así como el azúcar, las grasas, la bollería, los refrescos, la harina blanca refinada… Es decir, todos esos alimentos que van a ocasionar que tengamos una mala circulación sanguínea.
- Bebe muchos líquidos, jugos naturales e infusiones como la cola de caballo, el poleo o la infusión de romero.
- Existe una planta muy adecuada para tratar las varices, y con la cual se elaboran cremas muy efectivas. Se trata del “castaño de Indias”. Puedes encontrarlo en las farmacias y, como decimos, es muy efectivo para tratar esas varices aún superficiales.
- En el caso de que ya padezcas trombosis venosa primaria, y de que tus venas tengan un relieve muy evidente y un color azulado que se vea a simple vista, consulta siempre con tu médico la posibilidad de una operación. El riesgo de padecer un posible trombo siempre estará presente: es como una especie de “espada de Damocles” muy peligrosa.
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