La historia del té ha estado siempre ligada a la salud o a los efectos de esta bebida en la salud del hombre. La leyenda del nacimiento del té está directamente ligada a sus virtudes. El Emperador Shen Nung en persona lo había apreciado por sus virtudes bienhechoras...
El té fue consumido durante mucho tiempo por los chinos por sus propiedades medicinales. Sostén para la meditación, reputación de prolongar la vida, fue apreciado igualmente en Europa por los médicos por sus efectos diuréticos. La composición propia del té explica este entusiasmo.
Sólo una hoja de té comporta 550 elementos. 9% de minerales, 1 a 5% de teína, vitaminas B1, B2, B3, C, E y P, elementos tales como el azote, el fósforo, el potasio, el magnesio, el azufre y el calcio, oligoelementos tales cómo el cobre, el hierro, el aluminio, el manganeso, el molibdeno, el silito, el zinc y el flúor¡ Un verdadero cóctel de salud.!!
La teína estimula el sistema nervioso, activa la circulación sanguínea, refuerza la memoria. Pero el té contiene también fenoles, utilizados para combatir algunas enfermedades. Incluso si no es un medicamento en sí, toma parte en nuestro bienestar cotidianamente. Las vitaminas B contenidas en 6 tazas de té bebidas cotidianamente cubrirían de 5 a 10% de nuestras necesidades diarias.
El té es igualmente utilizado ahora de manera corriente en cosmética. Si beber té es un acto de salud, interviene en fitoterapia y en cosmética particularmente por sus poli fenoles, antioxidantes permitiendo luchar contra los radicales libres y el envejecimiento de las células.
Relajante y revitalizante, sus ventajas son numerosas en cosmética, permitiendo de guardar una piel elástica, prevenir la aparición de arrugas y descongestionando la cara y el cuerpo cuando es utilizado cómo loción.
Dejar que la infusión de algunas bolsaditas de té se haga y enfríe, aplicarla sobre los ojos congestionados u ojerosos durante una decena de minutos… las marcas de cansancio desaparecerán.
Para combatir la piel grasa, preparar la infusión de dos bolsitas de té en 50 cl. de agua mineral, añadir unas gotas de limón … está listo. Esta loción disminuirá las rojeces y cerrará los poros dilatados.
Una infusión de té con aceite de almendra dulce prolongará el bronceado.