Las venas varicosas además de ser antiestéticas pueden ser muy dolorosas. Por esta razón el día de hoy te recomendamos que sigas estos tratamientos caseros para las várices que te ayudarán a retrasar su desarrollo o aliviar cualquier malestar...
¡Revisa tu árbol genealógico!
Las várices son un problema vascular hereditario, aunque se desconoce el motivo. Algunos expertos creen que hay una debilidad en el gen que regula el desarrollo de las venas. Esto puede dar lugar a defectos en la estructura de las válvulas y las venas o, en algunas personas, un descenso en el número de válvulas en las venas, haciendo que los pocos que están ahí se sobrecarguen en sus funciones. Si eres de los que posee familiares con várices, lo mejor es prevenirlas. Estos son algunos consejos para prevenirlas:
Muévete
Aunque el ejercicio no puede prevenir las várices, los médicos están de acuerdo en que la actividad física puede disminuir los síntomas, mejorando la circulación, lo que impide que la sangre se acumule. Para conseguir poner tus piernas en movimiento casi cualquier ejercicio que involucra el movimiento de piernas vale, como andar en bicicleta, tomar una clase de aeróbicos, salir a caminar o correr, utilizar el equipo de la escalera en el gimnasio o subir las escaleras en el trabajo durante la hora del almuerzo, todos estos son buenos ejercicios para las piernas.
Baja de peso
Tener un exceso de peso hace que la mayoría de las personas sean menos activas, lo que significa que sus músculos de las piernas hacen menos trabajo. Como resultado, las personas con sobrepeso por lo general no pueden bombear la sangre desde las extremidades inferiores hacia el corazón de manera eficiente. Además, los vasos sanguíneos de una persona con sobrepeso tienen más sangre que una persona más delgada, por lo que la tensión es mayor.
Come una dieta balanceada
Además de ayudar a mantener un peso adecuado, una dieta equilibrada puede darte los nutrientes que realmente pueden ayudar a prevenir las venas varicosas. Por ejemplo, la proteína y la vitamina C poseen componentes de colágeno, parte del tejido en las venas y las válvulas. Si el colágeno está en buena forma, los tejidos tienden a ser más resistentes. Una dieta balanceada que incluya una variedad de alimentos, incluyendo frutas y verduras frescas, granos enteros y fuentes de proteína magra, es la mejor manera de obtener las cantidades adecuadas de nutrientes valiosos. Sin embargo, no puede curar las varices.
Toma un descanso si estás de pie
Cuando estás de pie en un lugar, la sangre en las venas de las piernas no solo debe hacer un largo viaje cuesta arriba contra la fuerza de gravedad, tiene que hacerlo sin la ayuda de bombeo que los músculos de las piernas en expansión y de contracción pueden proporcionar. Como resultado, la sangre tiende a acumularse en las piernas, lo que lleva al desarrollo de venas varicosas. Si es posible, toma descansos frecuentes para caminar o, preferiblemente, siéntate con los pies en alto. Y cuando estés parado en un lugar, cambia tu peso de una pierna a la otra y/o de vez en cuando levántate en puntas de pie, de esta manera involucrarás a los músculos de las piernas en la tarea de empujar la sangre hacia el corazón.
Eleva las piernas
Poner los pies en alto es bueno, pero elevarlos por encima del nivel del corazón es aún mejor. Es una manera de utilizar la gravedad para ayudar a mover la sangre desde los pies y los tobillos hacia el corazón. Los médicos han estado recomendando la elevación para aliviar el dolor en las piernas y la hinchazón. Así que túmbate en un sofá y apoya los pies en el brazo o pon tres o cuatro almohadas debajo de ellos (o túmbate en el suelo y descansa los pies en el asiento de una silla). Cuando sea posible, trata de elevar las piernas durante diez minutos una vez cada hora.
No te sientes por mucho tiempo
¡No cruces las piernas!
Estar sentado con las piernas cruzadas puede ralentizar la circulación desde y hacia tus piernas.
Algunos expertos teorizan que incluso estar sentado por períodos prolongados puede contribuir a las venas varicosas. Las rodillas flexionadas y las caderas en el asiento complican y retrasan el retorno de la sangre al corazón. Así que es muy importante que en un viaje largo en avión o en coche o en un día de oficina (o en casa) te levantes y estires las piernas de vez en cuando. Cuando necesites un descanso, párate en los dedos del pie y flexiona el talón hacia arriba y abajo diez veces.
Lo mismo puede suceder si te sientas en una silla con un asiento que es demasiado profundo para tu longitud de pierna: El borde delantero de la silla se clava en la parte posterior de las rodillas y comprime los vasos sanguíneos y restringe el flujo.
No cruces las piernas, puesto que la contracción de los músculos de los pies puede ayudar a llevar la sangre hacia arriba y hacia fuera de las venas. Mientras estás sentado realiza ejercicios para aumentar el flujo.
Usa ropa cómoda
Mantente alejado de los pantalones u otras prendas que te queden apretados en la cintura o en la ingle, ya que pueden actuar casi como torniquetes que restringen el flujo de sangre en estos puntos de circulación importantes.
Asimismo, usa calzado más cómodo puesto que los zapatos con tacones más bajos requieren que los músculos de la pantorrilla hagan menos trabajo que al usar zapatos de tacón alto.
Duerme con unos pantalones de spandex
¡Duerme con los pies elevados! Para aquellos con inflamación crónica en las piernas puede ayudar el poner unas almohadas debajo de tus pies mientras estás durmiendo.
Este tipo de pantalones hechos de este material elástico aplican presión a las piernas y pueden ayudar un poco. Asegúrate, sin embargo, de que no te aprieten fuerte en la ingle o en la cintura ya que cortan la circulación igualmente.
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