Estoy seguro que más de una vez has oído hablar de los geles reductores. Esos que sin necesidad de esfuerzo e incluso mientras duermes, logran reducir ciertas partes del cuerpo en donde acumulamos más grasa de la cuenta, como el abdomen, muslos, glúteos o cintura...
Uno de los productos más representativos por su popularidad y éxito en en mundo de la cosmética es Somatoline. Pero es realmente este producto un milagro de la cosmética? Vale el elevado precio que se debe pagar? ¿Se consiguen los resultados de los que presume?
La OCU (organización de consumidores y usuarios), una asociación privada, independiente y sin ánimo de lucro que asesora e informa a los consumidores, ha hecho un análisis del producto mediante una prueba a 60 mujeres que de forma voluntaria han utilizado somatoline durante 14 días, mientras que otras han utilizado un placebo.
El experimento ha dejado como conclusión que el gel reductor apenas funciona. Si bien es verdad que se ha reducido el tejido adiposo de la zona en la que se ha aplicado el producto, la reducción ha sido casi imperceptible, de apenas unos milímetros. Realmente vale la pena pagar tanto dinero por ese insignificante resultado? pues nooooo!!!
Para OCU, la publicidad de somatoline es exagerada teniendo en cuenta los resultados que realmente se obtienen. Sin duda han sabido sacar partido de la campaña publicitaria, la estética del producto, dando una imagen seria y por supuesto el mensaje tentador de “adelgazar durmiendo”.
Para mi, lo más preocupante es la decepción que consigue generar en todas aquellas personas que compran este gel reductor buscando un abdomen plano y lo único que logran reducir y aplanar es la cuenta del banco y su cartera….
Reflexión:
Nunca esperes un milagro ni te fíes de un producto que promete resultados sin ningún tipo de esfuerzo. La única forma de perder peso es mediante el ejercicio y una dieta equilibrada y saludable. Tu fuerza de voluntad es lo que te ayudará a mejorar tu aspecto y tu salud.